Descubierta posible solución al almacenaje de datos ilimitado.
Tras el feldespato, encontramos como
segundo mineral más común de la corteza terrestre el cuarzo,
perteneciente a la categoría de los minerales óxidos. Está
presente en una gran cantidad de rocas ígneas, metamórficas y
sedimentarias y es especialmente duro y resistente a la meteorización
(descomposición de los minerales al entrar en contacto con la
atmósfera, hidrósfera y biósfera).
El cuarzo es utilizado normalmente en
instrumentos ópticos, gemas, placas de oscilación y papel de lija,
y, de esta manera, se ha conseguido aprovechar para posiblemente
resolver una de las múltiples preocupaciones que ha generado la
revolución digital. La relativa durabilidad de los contenedores de
archivos.
Investigadores de Optoelectrónica de
la Universidad de Southampton, Reino Unido, han desarrollado un tipo
de almacenamiento óptico de cuarzo con una capacidad de
aproximadamente 360TB y una vida útil casi eterna. Se calcula que
podría alcanzar los 13.800 millones de años a 190ºC de temperatura
ambiente y una temperatura máxima superior a los 1000ºC. Por todas
estas increíbles características ha sido comúnmente apodado
“Superman Crystal”.
Han sido necesarios seis años
experimentando el empleo de un cristal nanoestructurado para lograr
el desarrollo de este sistema de almacenamiento óptico basado en una
técnica de recuperación en cinco dimensiones. El proceso de
grabación de datos en el disco de cristal se lleva a cabo a través
de pulsos láser ultrarrápidos, cortos e intensos en tres capas de
puntos nanoestructurados separadas por cinco micrómetros.
Las principales aplicaciones
comerciales estarían especialmente ligadas a los museos y las
bibliotecas, en cuanto al almacenaje datos se refiere, ya que cuentan
con volúmenes de información muy grandes.
Este tipo de almacenamiento resulta muy
útil para la transmisión de información con generaciones futuras,
tanto por su durabilidad como su estabilidad. De hecho, a día de
hoy, documentos como La Declaración Universal de los Derechos
Humanos, la Óptica de Newton o la Carta Magna, entre otros, ya se
encuentran almacenados en este tipo de contenedores, con el principal
fin de sobrevivir a la existencia humana.
Publicado por Luis Martín Gallego.
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